Granados en la Habana

Granados en la Habana es una fábula ideada para reunir en  el espacio sonoro de las seis cuerdas  la sensualidad e intimismo de los valses Granados junto al costumbrismo y el sabor rítmico de las danzas cubanas de Cervantes y Lecuona. Quién sabe si, caso de no sobrevenirle la muerte a temprana edad (49 años), hubiese llegado a sentir el impulso de visitar la tierra natal de su padre, Calixto Granados Armenteros, un militar cubano que sirvió en el ejército español. A pesar de que su casticismo está presente en sus famosas obras como Goyescas o las Danzas españolas hemos encontrado el gusto por la tradición musical de su ascendencia en los ritmos de la habanera que aparecen en A la Cubana, (op. 36 DLR 5:14),  siendo sin duda  en el Vals donde Granados encuentra el canal idóneo para explorar sus sentimientos más íntimos,  desplegando todo un abanico de ellos en Los Valses Sentimentales (DLR 7:4), en los que encontramos citas a otra célebre colección (los valses íntimos) así como en  Los célebres Valses Poéticos (DLR 7:8).portada booklet granados en la habana

El contrapunto a esta nostálgica colección lo establecen algunas de las Danzas Cubanas de Ignacio Cervantes, en concreto Los tres golpes, Invitación, La carcajada, Adios a Cuba y No bailes más, no en vano, la contradanza y la danza eran omnipresentes en los salones de baile de la Cuba de mediados de siglo XIX, y fueron plasmadas en páginas jubilosas, llenas de buen gusto, en el lenguaje romántico de Chopin  sobre rítmos típicos como el tresillo cubano y  cuyos títulos destilan picardía y costumbrismo cubanoEl punto y final lo establece la célebre Comparsa de  Ernesto Lecuona, la primera de una serie de seis danzas, en las que el compositor emplea elementos rítmicos afrocubanos y que describe con esta introducción: “Durante el carnaval, cada año hay un desfile y una ceremonia en la que participan miles de negros nativos y mulatos conocidos como “ñáñigos” (4). Estos cantan exóticas melodías cubanas, a menudo acompañándose de instrumentos originales. La pieza comienza con una gradual aproximación del desfile o procesión y nos introduce en ella para luego alejarse dejando atrás las últimas notas.

Algunas de las piezas son interpretadas en un formato camerístico idóneo para su disfrute como es el  dúo de guitarras, contando para ellas  con la inestimable participación de D. Joaquín Clerch Díaz a quien agradecemos profundamente su colaboración y presencia en este proyecto.

Auque Granados no viajó a Cuba, si nos consta que Lecuona pasó sus últimos años en las islas Canarias, el lugar natal de su padre, Ernesto Lecuona Ramos. Sirva este humilde testimonio sonoro para recordar lo cerca que se hallan cubanía e hispanidad.